lunes, 12 de agosto de 2019

Aproximación a una crítica de “Sólo tú y yo lo sabemos” de Ana María Gutiérrez Toscano.




Fundamentalmente Ana María Gutiérrez escribe sobre el amor, el motor que mueve el mundo según sus propias palabras.


Por Juan Mellado.-





Ana María Gutiérrez. El tiempo vuela, quién lo diría cuando en 2013 asomó tímidamente al panorama literario con su primera novela “En otro tiempo en otro lugar” . Años después en 2016 con su segunda “Una ciudad en el olvido”, otro éxito de público y crítica y recientemente con “Sólo tú y yo lo sabemos” obra que la define como una novelista consolidada y que ha sido ya presentada en varias capitales españolas.

No es fácil escribir y presentar una novela en un escenario social donde como se dice hasta la saciedad, un día no muy lejano la policía nos podría detener por sorprendernos leyendo y además practicarnos el agravante de alevosía si lo que leemos es un libro.
Un sociedad donde algunos se jactan de no haber leído en su vida y el lector ya se debate ante lo que ve, entre permanecer en un exilio interior al modo de Aleixandre o en su modo exterior a la manera de Juan Ramón Jiménez. Juan Ramón, sí, ese poeta onubense que escribiera el excelente Platero y yo y del que a día de hoy todavía hay gente que no distingue quién es Platero y quién soy yo.
En este contexto es una buena noticia la publicación de una obra como la que presenta Ana María Gutiérrez.

Publicada por Apuleyo Ediciones “Sólo tú y yo lo sabemos” es la tercera novela de Ana María Gutiérrez. Ya en el saluda la autora informa que uno de los protagonistas es Ramón, su padre. Es un recurso que utiliza bastante, el ponerle cara y nombre a sus personajes de personas vinculadas a ella.
En el prólogo alude a Platón en su obra El banquete: “Cuentan que los dioses crearon seres andróginos, mitad hombre, mitad mujer. Como eran muy fuertes, decidimos separar lo masculino de lo femenino. A partir de ahí, ambas mitades luchaban por encontrarse no deseando otra cosa en su vida”. Añadiríamos así que ese es el leimotiv de la novela y su génesis.

Ana María siempre comienza sus novelas con una ventana abierta a una incógnita, otro referente en su estilo.
En cuanto a guiños familiares, a parte del ya señalado de Ramón,su padre, la protagonista, Lebasi(Isabel) Sanz, no es por casualidad médico y también no por casualidad nacida en Huelva. Su hermana Clara es profesora de Lengua Española en el IES Estuaria de Huelva. Todos ellos referentes familiares de Ana María Gutiérrez.
Recoge la autora además, que la protagonista es una mujer que se abre camino, otra constante recurrente en las dos novelas anteriores. El pasaje de arrepentimiento de la boda de la prota refleja la complejidad del ser de las mujeres que buscan eternamente su verdadera personalidad, algo que le pasa además al más común de los mortales .

No faltan referencias clásicas como a Platón y a la Diosa Fidelidad o cercanas como la ciudad de Huelva o el hospital Puerta del Mar.
En el orden argumental a la autora también le gusta las escenas inesperadas con personas desconocidas o la recurrencia de la grandeza de una raza olvidada por la historia o de las civilizaciones perdidas.

Por otra parte, el otro protagonista, Esteban, es un personaje que también busca su verdadera personalidad y su media naranja, cosa que también hacen media vida el resto de los mortales.
Asoma también al texto la nostalgia de la emigración: “ España estaba muy cerca en el corazón pero infinitamente distante”. O el compromiso solidario de la autora con los problemas del Tercer Mundo. Ese Senegal, tan lejano y tan cercano.


En las tres novelas de Ana María Gutiérrez publicadas hasta ahora se destaca un rebose de erotismo, algo que se intuye va a ser una constante interesante en su obra.
Otra constante ,su relación o gusto por el misterio, la hipnosis, la reencarnación o el más allá, la meditación, el yoga, el budismo, territorios en los que se encuentra muy cómoda.

Y la lucha contra el determinismo en Eladio el escritor: Cómo con cada relación fallida su alma se iba hundiendo cada vez más y más en un precipicio del que no era capaz salir.
Lebasi: Pero quién era ella para decidir sobre su vida. Nadie está libre de nada y aunque nos escondamos en una caja, cerrada con candado, siempre habrá álguien que decida abrirlo y mirar a la cara que se oculta en su interior.

Fundamentalmente Ana María Gutiérrez escribe sobre el amor, el motor que mueve el mundo según sus propias palabras.
Porque como se dice en la obra, Somos un solo ser que partido en dos hemos vuelto a encontrarnos.


PD. En la foto, Ana María Gutiérrez con el autor de la crítica, el profesor y periodista Juan Mellado

martes, 8 de enero de 2019

La tragedia del cine durante el Franquismo.



  Alcaldes y párrocos mutilaban o prohibían en los pueblos la proyección de películas que ya venían censuradas por la Dirección General de Cinematografía.-
Por Juan Mellado.-

Chipiona también vivió su particular calvario con esta doble censura. La censura era tan anárquica que muchas veces no se explicaba cómo no habían censurado una película o en el lado contrario el por qué la censuraban. Aunque la documentación de la que se dispone no es muy abundante, al menos podemos citar algunos casos de censura cinematográfica practicada en Chipiona ya sea por las autoridades civiles o eclesiásticas.
Tal es así el caso de la película El Gran Secreto:
El cuatro de octubre de 1958 el alcalde, a la sazón César Florido Cotro, certifica a petición de parte interesada y surta efectos oportunos donde tenga por conveniente, “que en el Cine Avenida propiedad de Antonio Caballero Amérigo hasta el día de la fecha no se ha proyectado la película titulada EL GRAN SECRETO, según datos aportados por el Inspector Jefe de la Guardia Municipal”. Se supone que el mismo dueño del cine pide tal certificación ante una posible denuncia de terceros. Lo que no hemos podido explicarnos todavía el por qué de tal misiva aunque seguro que obedecía a una posible denuncia de algún perjudicado. Aunque por la trama que presenta la película no está clara la procedencia de tal denuncia. Cabe además, por los escasos datos disponibles, si esta película era El Gran Secreto(1952) norteamericana u otra del mismo nombre de nacionalidad argentina(1942).
La norteamericana conocida por su nombre original como Above and Beyond, es una película estadounidense producida por la Metro en 1952 y codirigida por Melvin Frank y Norman Panama dentro del género histórico bélico con una duración de 122 minutos y en los principales papeles Robert Taylor, Eleanor Parker y James Whitmore, En su argumento,Paul Tibbets, piloto del bombardero Enola Gay, fue la persona que lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima. Era la primera vez que se hacían pruebas de esta magnitud. (FILMAFFINITY)
Principio del formulario

"El gran secreto" es una película estrenada en 1952, 7 años después de arrojar la primera bomba atómica. Asi que el tema todavía estaba rodeado de un halo de secreto militar.
Aunque, insistimos, este dato no está totalmente contrastado ya que el Gran Secreto también podría ser el mismo título de una película argentina de trama más osada y que en este caso sería más carne de cañón para la censura dada su argumento. 

El gran secreto (película de 1942) es una película argentina en blanco y negro dirigida por Jacques Rémy según el guion de Tulio Carella sobre el argumento de Leonide Moguy, Charles Gombault y Hans Wilhelmque que, a su vez, estaba basado en la novela Die Schwestern Kleh -Las hermanas Kleh de Gina Kaus. Se estrenó el 21 de julio de 1942, tuvo como protagonistas a Mecha OrtizGeorge Rigaud y Nury Montsé y se trata de una nueva versión del filme francés Conflictdirigido por Léonide Moguy, que fuera estrenado el 21 de diciembre de 1938.

Sinopsis

La esposa de un meteorólogo hiere a su hermana para que no revele quién es la verdadera madre de su hijo. Expertos cinematográficos consultados por este medio dudan que la película censurada se tratase la norteamericana y se inclinan más por la argentina dada su temática.

Otro caso escandaloso es el de la película española Fedra dirigida por Manuel Mur Oti y protagonizada por Enma Penella.
En torno a Fedra el por entonces Párroco de Chipiona Ángel Romero Castellano envió un escrito a la alcaldía el 25 de marzo de 1958, en el que advertía sobre la inmoralidad de la cinta. La calificaba como gravemente peligrosa y la prohibición de permitir la entrada a menores.
En su escrito literalmente Romero se expresaba así: “Teniendo en cuenta que la película “Fedra” que se intenta proyectar esta noche en el cine público de esta villa, tiene un tono de inmoralidad más que elevado, y que con demasiada frecuencia se descuida por parte de las autoridades competentes la vigilancia debida para impedir, en cumplimiento de las órdenes ministeriales del 2 de noviembre de 1938 y 30 de diciembre de 1939, la asistencia de menores a estos espectáculos no autorizados, ruego a V.S. ponga el mayor empeño por su parte, usando de los medios que disponga y procediendo con todo el rigor legal necesario, a fin de impedir la asistencia de menores a la proyección de dicha película, calificada como gravemente peligrosa”.
Desde el punto de vista de la moral religiosa la misiva del párroco no era de extrañar porque la Iglesia Católica siempre vio mal algunas licencias en materia de sexo y máxime si se exponían públicamente en un medio como el cine. Cabe recordar que en la fachada de lugares estratégicos de la localidad se exhibía un cuadro con la lista de películas que se proyectaban en el cine y su clasificación de censura eclesiástica. En el caso de Chipiona uno de los lugares era en la farmacia de Gutiérrez en Isaac Peral.(*). Las recomendaciones incluían que en Jueves y Viernes Santos las cintas exhibidas debían ser de índole religioso.
Sinopsis de la película
Estrella, la hija del farero del pueblo levantino de Alcor, es una belleza salvaje que despierta el deseo en todos los hombres; por eso la odian todas las mujeres. Un día llegan al puerto los cinco barcos de Juan, un armador del Norte que se enamora de ella y le propone matrimonio, pero Estrella lo rechaza. Inspirada en la "Fedra" de Séneca. (FILMAFFINITY)
Críticos cinematográficos la calificaron en su día de película que mostraba escenas de descarnado erotismo y sadismo. Circunstancias históricas y la habilidad del director Mur Oti y el productor Cesáreo González consiguieron, no obstante, que la censura aprobara su exhibición.


De los filmes de Mur Oti ,Fedra es la más descarnada y violenta en la mostración de las pasiones humanas. Las insinuaciones de adulterio e incesto asoman descaradamente a unos fotogramas que supuran un erotismo tan voluptuoso como la rotunda sensualidad de su protagonista, Emma Penella, más hermosa (y ligera de ropa) que nunca. Con todo, es la audaz reflexión acerca de la sexualidad de hombre y mujer lo que realmente convierte a Fedra en una película inaudita para el cine español de los años 50. A tenor de lo expuesto hasta ahora resulta incomprensible que la Junta de Clasificación y Censura diera luz verde a la exhibición de estas sorprendentes imágenes el mismo año, 1956, en que se ordenó, por ejemplo, cortar un simple beso en la exótica Brigadoon (1954) de Vincente Minnelli. ( Extraído de Lo que la censura no nos dejó ver: Fedra de Manuel Mur Oti (2010))


Lo cierto es que hasta febrero de 1963, con José María García Escudero al mando de la Dirección General de Cinematografía y Teatro, no se hicieron públicas unas “Normas de Censura Cinematográfica”. Lo que vino a complicar todo, ya que hasta entonces la censura era realizada por personas poco preparadas algunos mutilados provinientes de la guerra, sacerdotes rancios, pero García Escudero era un personaje inteligente y peligroso para cineastas comprometidos con la libertad de expresión. De hecho unía a su condición de militar, la de jurista, escritor y periodista. Así lo expresó a este medio Basilio Martín Patino con ocasión de una entrevista en torno a la película Canciones para después de una guerra. Ver: https://saidito.blogspot.com/2007/10/basilio-martin-patino.html


El caso de la canción del Caimán.
La censura no sólo alcanzó a las películas sino también a canciones que sonaban en locales públicos y entre ellos especialmente los cines .Tal es el caso de la canción del Caimán prohibida en todo el territorio nacional en 1947, circunstancia de la que no fue exenta Chipiona. Lo más chirriante es que Franco no fue el Caimán hasta que se supo de la prohibición y tras el boca a boca todos se la atribuyeron al general.


Similar suerte corrió la canción del Bayón de Ana, más conocido como el del “Negro zumbón” que en Chipiona tomó tintes grotescos a través de su alcalde Manuel Vidal que prohibió su difusión por cualquier medio en incluso llegó a encarcelar a ciudadanos que la cantasen o bailasen.




PD. Agradecimiento al Cronista de la Villa, Juan Luis Naval, por la aportación de documentación.