domingo, 31 de mayo de 2009

Chipiona y su relación con el Nuevo Mundo (Cuba)


Historia , religión, cultura y hermandad unen a Chipiona con el pueblo cubano.-

Por Juan Mellado

La reciente inauguración del centro Cádiz y el Nuevo Mundo, ubicado en el Castillo de Chipiona, hace recurrente el aportar datos que clarifiquen la verdadera relación de la localidad y nuestros hermanos del continente americano. Máxime si hasta ahora había incrédulos, no me atrevo a decir ignorantes, que se preguntaban qué tiene que ver Chipiona con el Nuevo Mundo. En esta ocasión este trabajo se va a centrar únicamente la relación de Cuba con el pueblo de Chipiona que algunos intolerantes se empeñan en ignorar. No pretendemos aquí en ningún momento hacernos de eruditos ,ni presentar un trabajo exhaustivo, sino el plantear el inicio de una seria reflexión sobre la relación de Chipiona con el Nuevo Mundo y como invitación a investigar en este terreno poco estudiado hasta hoy desde nuestro pueblo.
Historia, cultura, religión y lazos de hermandad nos unen con el pueblo de Cuba, que nuestro almirante Cristóbal Colón bautizó como Juana al desembarcar en ella. En su libro “El almirante en la tierra más hermosa, los viajes de Colón a Cuba”(1985 Diputación Provincial) el investigador cubano Antonio Núñez Jiménez dice que Cádiz fue el primer y mejor puerto, puente inicial entre España y América, ya que de aquí salieron las naves del almirante en tres de sus cuatro viajes. No es raro que los marineros andaluces embarcados en la Santa María, La Pinta y La Niña, vieran en las hermosas tierras de América la réplica de sus paisajes de origen. Así los puertos gaditanos de Rota y Chipiona se convirtieron en Rotilla y Chipiona en la costa norte habanera, hoy el actual municipio de Santa Cruz del Norte a 46 kilómetros de La Habana.

Comenzaremos a fundamentar este trabajo con los lazos de religión que nos une a Chipiona con el pueblo cubano de Regla con el que compartimos Patrona. Es necesario nombrar aquí el excelente trabajo que realizó en su día nuestro investigador Juan Francisco Lorenzo sobre la presencia de la Virgen de Regla en el mundo , del que no es ajena las reseñas al Nuevo Mundo y en especial a Cuba.
Chipiona está hermanada con el municipio cubano de Regla desde 1997. Cabe destacar que el 26 de diciembre de 1714 La Virgen de Regla, Yemayá en su sincretismo, es declarada Patrona y Gobernadora de la Bahía de La Habana, cuyo puerto ya figuraba como el más importante de América. El 24 de febrero de 1956 es la Coronación Canónica de la imagen en la Iglesia Catedral de La Habana.
Más curioso todavía y para quien lo quiera entender en orden a la importancia de Nuestra Señora de Regla, el 11 de agosto de de 1965 el Santuario de Regla cubano es declarado Monumento Nacional por el gobierno de la República.
Cada 8 de septiembre, al igual que en Chipiona, los reglanos celebran la festividad de su Patrona, Nuestra Señora de Regla, una imagen que recaló en ese puerto habanero hace más de 300 años de manos del peruano Manuel Antonio El Peregrino.

El primer ataque en Chipiona. Tierra de piratas.
Cabe destacar la reseña escrita el 08.12.2005 en el periódico El Habanero Digital por Reinaldo Fuentes y en la que refleja sucesos extraordinarios ocurridos en la Chipiona cubana.
Según Fuentes, Chipiona era un punto tranquilo y acogedor de la costa norte habanera. La típica vegetación de la zona se juntaba con el mar y los ríos. Una agradable brisa acariciaba las más bien pequeñas elevaciones repletas de árboles.
El verde y azul eran los colores predominantes del lugar, donde los indios encontraron refugio, pescaban, recolectaban frutas y otros alimentos para su subsistencia. Pero la tranquilidad en la que, a lo largo de muchos siglos, vivían los aborígenes se vio interrumpida de repente por los conquistadores españoles, repletos de ansias de conquista y riquezas.
Tras la llegada de Cristóbal Colón a Bariay , en 1492, los peninsulares comenzaron a expandirse por la Isla. Así llegan a Chipiona, pequeña ensenada cerca de la hoy ciudad de Santa Cruz del Norte.
Allí tenía su hacienda de descanso en 1540 Don Diego Velázquez, designado gobernador de estas tierras por los reyes de España. También allí se ultimaban los preparativos de la expedición que partiría hacia la conquista del pueblo azteca (México).
Una iglesia, pocas casas, el bergantín que usaba el ilustre militar, la servidumbre y algunas cabezas de ganado, era casi todo lo que había en aquel estratégico paraje costero, donde un hecho violento cambiaría la rutina y la paz.

PREPARATIVOS Y CONTRAORDEN
En la desembocadura del Río Axaruco (denominación indígena), a poca distancia de Chipiona, Don Hernán Cortés, Capitán General de la Armada Española y su Lugarteniente Don Alonso de Alvarado, ultimaban los preparativos para la partida hacia la conquista del imperio azteca.
Pero, a última hora, cuando la expedición estaba a punto de zarpar, Diego Velázquez da una contraorden, temeroso de las manifiestas ambiciones de su subordinado Capitán General. Los días subsiguientes le darían la razón.
Se creaban así las condiciones para lo que sería el primer ataque pirata en la historia de Cuba, protagonizado por el mismísimo Hernán Cortés, quien no esperó a completar los detalles para la salida, previendo su sustitución.
En Boca de Axaruco se organizaba rápidamente lo que también se recogería como uno de los primeros madrugones de América. Levantan anclas. El ataque sería por sorpresa en dos puntos simultáneamente: Trinidad y Chipiona. El primero corresponde a Cortés, quien se apodera de un navío que descargaba pan, casabe, tocino y otras provisiones. También arrastra consigo a muchos de los habitantes, mientras Alonso de Alvarado hacía igual en la hacienda del Gobernador General de la isla "... sin gentilezas, ni cortesías" como él mismo dijo.

Santa Cruz del Norte (Chipiona) celebra sus fiestas con alegría marinera .
Es también interesante recoger parte de la crónica para el Habanero Digital que el pasado 25/04/2009 escribía Miguel Terry Valdespino.
En lo más recóndito del tiempo yace dormido el nombre de Chipiona, con el que aparecía, en 1540, lo que es hoy el poblado de Santa Cruz del Norte, lugar adonde llegarían para asentarse no pocos pescadores provenientes de la canaria Santa Cruz de Tenerife.
El 3 de mayo de 1714, día de la misa por la elevación de la Santa Cruz, sirvió de pretexto para oficializarlo como día de la fundación de este costero territorio habanero, reconocido como municipio, en 1933.

Casi 295 años han transcurrido desde aquella misa fundadora celebran en grande este acontecimiento con las Fiestas del Mar del 30 de abril al 3 de mayo. Son fiestas muy parecidas a las que celebramos aquí en Chipiona en la Virgen del Carmen.
Según informó Hildalín Leyva, promotora cultural, las ya antológicas Fiestas del Mar comienzan en la primera jornada con una actividad de rescate de tradiciones, en la cual el danzón y la orquesta Siglo XX actuan como protagonistas en el Círculo Social El Pescador. El plato fuerte, sin dudas, llega el 3 de mayo: una diana mambisa es el preludio de la movida fecha, y, a partir de las 11 am, en el área del malecón, suena la retreta, mientras que en el horario vespertino estarán a sus anchas la Peña Campesina (2 pm), el Proyecto Harlem (4 pm), la Misa Tradicional con la Cruz de Mayo (7 pm), y el desfile acuático de embarcaciones pesqueras (una suerte de carrozas marinas), a las nueve de la noche, minutos antes de que se premien las tres mejores embarcaciones, atendiendo a su belleza e identidad. El cierre será a ritmo de comparsa y con la presencia del talento artístico de la comunidad.

Santa Cruz, tierra de pescadores emblemáticos y rones exquisitos, tierra llena de ritmos y de historia, está en sus días más alegres. Alegría que sirve para reafirmar su identidad marinera y cubana. La ensenada Chipiona es también un lugar rico en restos arqueológicos
Por estar en el mismo municipio que Chipiona destacamos y reseñamos Rotilla. Es uno de esos rincones encantadores en las costas tropicales cubanas. En el municipio de Santa Cruz del Norte, La Habana, se encuentra este pequeño descanso entre la roca costera. Muy fácil de llegar a este minúsculo paraíso familiar por la Vía Blanca, localizado entre la ciudad de Santa Cruz del Norte y Jibacoa.

La playa de Rotilla no es muy grande . Sin embargo es un lugar acogedor donde el agua es cristalina, la brisa suave refrescante y el canto de los pájaros se une al susurro de las olas. Muy bonito porque a su derecha la bordean las rocas que le proveen una protección algo diferente a las más abiertas playas mayores y más populares en Cuba.
Desde al menos la década de 1940 esta playita ya estaba equipada para el turismo local. Tenía casetas donde las personas se podían cambiar a sus trajes de baño, baños de agua dulce con duchas y una cafetería restaurante donde satisfacer todas las necesidades del día. Amplio aparcamiento y espacio de desahogo para los intranquilos jóvenes saciar sus energías mientras que los de edad más asentada podían sentarse en las sillas playeras a disfrutar del aire yodado.
Existen más vestigios de Chipiona en el Nuevo Mundo, así la población del mismo nombre en Sonora(México) o incluso una bebida de Nicaragua .Era La Chipiona una gaseosa que venía en un envase pequeño, tal vez unas 6 onzas, pero de un sabor muy agradable. Sólo se vendía en el establecimiento del propietario que estaba localizado en la 6ª Avenida Suroeste a unas cuadras de la calle 11 de julio, en Managua.
Sirva esta pequeña reseña para el inicio de una futura investigación de el nombre de Chipiona y su protagonismo en el Nuevo Mundo.
Continuará…..

jueves, 28 de mayo de 2009

El Pleno de la corporación chipionera acuerda nominar el nuevo centro de salud como Sor María Luisa Pérez.-



La religiosa de Las Hijas de la Caridad ha dado toda su vida por los enfermos y desfavorecidos.-

A propuesta de la Hermandad de Jesús Cautivo, la corporación chipionera ha aprobado por unanimidad de todos los grupos, PSOE, PP, PSA e IU, el nominar el nuevo centro de salud ubicado en la calle Naranjo como “Sor María Luisa Pérez”. Esta religiosa de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl afincada en Chipiona desde 1973, ha dado toda su vida por los enfermos y desfavorecidos.
El Cronista de la Villa, Juan Luis Naval Molero, a petición del ayuntamiento ha escrito una interesante biografía de la persona de Sor María Luisa que a continuación reproducimos.

SOR MARÍA LUISA
Sor Mª Luisa Pérez Montañés, aragonesa nacida en Andorra (Teruel) el 1 de julio de 1935, hija de Josefa que aún vive y de Martín, es la mayor de tres hermanos de una familia cristiana. Fueron sus padres quienes le inculcaron el amor y el servicio a los más necesitados. Por lo que a la hora de elegir camino lo tuvo fácil y el 29 de marzo de 1957 ingresó en el noviciado en Madrid en las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, donde trabajó y gozó iniciándose en su hacer con las Hijas de la Caridad: Seminario, noviciado, trabajo con los pobres en Vallecas, largas jornadas en el Hospital,..............
En palabras de ella: “Lo mío, servir a Dios en los pobres”. Por lo que lleva 52 años de vocación en dicha orden religiosa.
Llegó a Chipiona en 1973, para curarse y recuperarse de un gravísimo accidente de tráfico que le acaeció en Madrid que le afectó a ambas piernas quedando prácticamente inválida. El lugar, el Hogar Victoria de las monjas de su orden, de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, en los Pabellones que fundara el insigne Doctor Tolosa Latour con la inestimable ayuda del Padre José Lerchundi. Monjas de las Hijas de la Caridad que por cierto llevan ya más de 100 años realizando su labor en Chipiona.
La bondad de nuestro clima y nuestro sol le beneficiaron hasta el punto de retenerla aquí hasta hoy. Ella que en un principio pensó estar aquí sólo para el tiempo de su recuperación, vino con unas muletas que cuando las soltó las entregó en el Camarín de la Virgen de Regla y durante un año de agua y sol se fue para Madrid en 1974, era su ilusión y su destino.

Tras una revisión médica, su Director Espiritual y su médico le recomendaron un balneario marítimo en el pueblo Górlis (Vizcaya) donde permanece durante siete meses y el 7 de abril del año 1975 vuelve a Chipiona, ya que volvió a encontrase tan mal que los médicos le recomendaron volver a Chipiona para recuperar su salud, ya que el clima, el agua del mar y el sol de aquí era el apropiado para su estado de salud. Ella, una persona joven acostumbrada a vivir en capitales como Zaragoza o Madrid no le gustaba en un principio mucho la idea de vivir en Chipiona ya que le parecía y resultaba un pueblo muy chico. Pero los designios de Dios son así y ella lo aceptó. Una vez desaparecido el Hogar Victoria pasó al Sanatorio Marítimo de San Carlos el 1 de noviembre de 1980.
Tras un periodo realizando las labores de la casa del Sanatorio de San Carlos pasó adscrita a la Parroquia de Nuestra Señora de la O, trabajando codo a codo con los Párrocos que fueron pasando por ella, formando un tándem con todos ellos, como D. Pascual Rodríguez Rodríguez, fray Pascual Andrés Gallo, José Ramón Martínez de Tobillas, Julián Peña, Juan Ramón Mateos, José Antonio Matías Villahoz, José Luís Gavarrón y últimamente Alberto Ramos Romero.

Con un grupo de jóvenes chipioneros que cantaban en la misa de 11 en el Santuario de Regla comenzó a impartirles clases de canto, iniciando así su integración con el pueblo de Chipiona.
Muchos recordarán su trabajo como catequista de las primeras comuniones, los ensayos de canto para las misas de los niños, ó dando clases religión en los colegios, destacando sus visitas a los enfermos, llevándoles la comunión a domicilio a los enfermos e impedidos, acompañando a los enfermos, su labor en Cáritas gestionando asilos para las personas mayores, no resistiéndoseles la tramitación de ningún papel a la hora de gestionarlos, cuando en el pueblo aún no existía la figura del asistente social, ella resolvía cuantas necesidades tenían los pobres necesitados.

Podríamos decir que ella es la pionera en la labor de asistencia social en nuestro pueblo, la primera trabajadora social de nuestro pueblo. Un trabajo que hoy está de moda. Puesto para el cual hace falta algún que otro estudio y ella lo realizaba sin nada de ello, lo suplía todo con su entusiasmo y coraje.
Ayudó a los pobres de las “Casitas Baratas” (Barriada Camacho Baños). Especial cariño le profesan las gentes del campo, sobre todo de los pagos que lindan sobre el Pinar de la Villa, donde ha realizado una gran labor social. Hasta estos lugares la acercaba el padre Pascual en el coche “Cuatro Latas” de la Parroquia, y posteriormente, además de los párrocos, cualquier persona de bien que la conocía como Mandolín Pililla y su mujer Antonia, ayudándoles en el reparto de alimentos por los campos.

Jornadas agotadoras, entregadas a los niños, a las catequesis, a los cantos, a la Parroquia, a Cáritas, a las clases de religión, sus caminatas por los campos y calles de nuestro pueblo para dar una palabra de aliento a los desanimados, ayudar a los menesterosos, hacer de samaritano con los enfermos, acompañar a los solos, interceder ante las autoridades sanitarias y políticas, y siempre a favor de los otros. Solía decir: “Poco importa el cansancio cuando el servicio es amor”.
Nunca se encontró sola, contó siempre con la generosidad de su comunidad y la amistad de la comunidad franciscana de Regla.
Con el paso de los años, la salud le fue cobrando sus esfuerzos. A Sor María Luisa comenzó a costarle trabajo caminar para realizar su labor, y es ella quien comienza a necesitar ayuda de los demás para seguir con su cometido. La gente le respondía siempre llevándola a casa, al Sanatorio, en sus coches evitándole el camino de vuelta. Su encomiable labor le ha hecho acreedora del cariño de todos los chipioneros en las décadas de trabajo que ha estado realizando en Chipiona. Lo que nadie resuelve lo arregla ella, dicen algunos.

En 2002 recibió el premio como “Personaje Entrañable” que Radio Chipiona F.M. otorgaba anualmente en sus galas.
Todos los ayuntamientos, de cualquier signo político contaron con ellas para su labor social en el campo, en el reparto de viviendas sociales, en la distribución de los regalos de Reyes, que ella sin medios de locomoción, unas veces acudía al Padre Pino, otras a la Cruz Roja, otras la Policía Local, otras particulares y repartían los juguetes y regalos y otras cosas, porque muchos niños del campo, algunos tenían bicicletas y otros no tenían nada para venir al pueblo.

El 29 de noviembre de 2004 se fractura la cadera y deja de prestar los servicios que realizaba en la Parroquia. Aún así en cuanto pudo reponerse un poco, con la cadera rota y de nuevo con sus muletas acompañaba y llevaba a los frailes enfermos del Santuario de Regla al Hospital o a los médicos cuando era necesario o lo necesitaban, yendo al Ambulatorio por las medicinas para llevárselas al Convento. El 9 de diciembre de 2008 se fractura el fémur y después de ser dada de alta en el Hospital pasa a Sevilla en la casa de las monjas de las Hijas de la Caridad que tiene en la calle Avda. Pino Montano donde se recupera con la esperanza de volver a Chipiona, este pueblo del que ella misma denominó un pueblo pequeño y feo y que la vida le ha hecho querer tanto que ahora no se hace fuera de él.
Sor María Luisa con su aptitud, disponibilidad, entusiasmo, altruismo, solidaridad, comprensión, caridad y bondad se ha ganado la admiración de la mayor parte de los chipioneros, facilitando medicinas, carritos de inválidos, camas articuladas, alimentos, leche para los críos que sus padres no tienen medios, la bombona de butano para aquel que lo necesita, etc., etc.

Ella se ha dejado la vida en esas calles de Chipiona, pasando calor y frío en ellas, atendiendo a los más necesitados, una persona que ha llegado a ser popular sin necesidad de salir en las revistas, ni en los medios de información, ni ningún otro medio, pero que sin embargo es conocida por todos los chipioneros. El mundo es una trampa hostil, pero con personas como Sor María Luisa puede ser habitable. Gracias por todo Sor María Luisa, en mi nombre y en el todos los chipioneros.
Juan Luís Naval Molero.
Cronista de la Villa.

domingo, 17 de mayo de 2009

La Barra de Sanlúcar




Entre 1740 y 1789 se pierden o naufragan en la zona de la Barra y Chipiona unos 118 barcos. Destacan los 18 hundidos en Salmedina, los 6 de la punta del Perro, 8 en las playas de Chipiona, 4 en Montijo.

Por Manuel Jurado Domínguez(*)
La Barra de Sanlúcar, como es sabido, está formada por la acumulación de fango, lodos y demás partículas que son arrastradas por la corriente del río hasta esta zona. Dicha acumulación de lodos, junto al efecto de las mareas y de los vientos, hacía en la antigüedad un paso peligroso para los navíos que entraban o salían de Sevilla, llegando a dar cierto mérito a los distintos capitanes que lograban sortear dicha “Barra”.

El río tuvo a lo largo de la historia distintos nombres como: Tartessos, que según Estrabón “.. desembocaba en el lago Ligustino para de aquí desembocar en el Océano Atlántico a cuyo frente se encontraba la Torre de Cepión, construida sobre una roca rodeada por las olas, Salmedina, que servía de guía a los navegantes”. En la época romana se le llamo Beatis (Betis) y en la época musulmana se le denominó, como se conoce hoy en día, Guadalquivir, que significa río grande.

El río se convirtió en el medio de comunicación principal de todas las poblaciones ribereñas del interior, hasta llegar a Córdoba e incluso a Montoro, dependiendo del tipo y calado de la embarcación utilizada. Estrabón en su geografía hablaba de distancias tales como la que va desde la desembocadura hasta Hispalis (Sevilla), la cual era de 500 estadios ( 1Estadio = 185m.) y de 1.200 estadios hasta Córdoba.

El río toma verdadera importancia con el descubrimiento de América y la Carrera de Indias, donde Sevilla sería el centro de toda las expediciones, dado que en ella se instaló la “Casa de Contratación de la Carrera de Indias”. Cádiz pronto entró en disputa con Sevilla para adjudicarse la Casa de Contratación, cosa que finalmente consigue aludiendo múltiples razones, de las que sobresale la peligrosidad de la “Barra de Sanlúcar”. Ésta fue sorteada al principio por pilotos altamente cualificados, pero a medida que aumento el peso de los cargamentos y calados de las embarcaciones, aumentaron de igual forma los problemas, así como los embarrancamientos y naufragios.

Por entonces la Barra de Sanlúcar para sortearla con éxito, tanto a la entrada como a la salida, dependía principalmente del viento y de las mareas. En espera de estos condicionantes los barcos tenían que permanecer en la zona largos periodos de tiempos, llegando estos a ser a veces de varios meses. Durante este tiempo de espera, los barcos quedaban a merced de los temporales y piratas de la zona.

Según Canuto Carroza entre 1740 y 1789 se pierden o naufragan en la zona de la Barra y Chipiona unos 118 barcos. Destacando los 18 hundidos en Salmedina, los 6 de la punta del Perro, 8 en las playas de Chipiona, 4 en Montijo, 10 en la Barra, etc. De todos estos me atrae la curiosidad dos naufragios, un tanto peculiar por la zona en la que se producen, que parece que atiende a un desconocimiento de la zona o un despiste debido a la niebla en la zona. El primero de ellos se produce en las playa de las Tres Piedras, el 30 de marzo de 1769, un bergantín de 80 toneladas, ingles, con el nombre de “Adventure” cuyo capitán era Tomas Porkaman. El cargamento era sidra y vino de Burdeos procedente de Guernesey y con destino a Gibraltar. Los costes del naufragio se saldó con un ahogado y una perdida material valorada en 411.000 reales de vellón.

El segundo de ellos ocurrió el 7 de abril de 1785 en la piedra de la Chalupa, naufragó una tartana de nombre San José, capitaneada por Pedro Cantillana. El cargamento era madera, ladrillos, etc., procedente de Sevilla y con destino a Cádiz. Las perdidas aquí fueron numerosas en cuanto a vidas humanas con un saldo de 18 ahogados y 38.000 reales de vellón en material.

La Barra de Sanlúcar, hoy en día no es problema, si bien la marea y el lodo juega todavía un papel importante. De ahí la necesidad de utilizar las “Prácticos”, que son capitanes altamente cualificados y conocedores de la zona. También destacar la destreza y el arrojo de los marineros de pesca, los cuales son capaces de sortearla incluso con los ojos cerrados, pero la Barra es la Barra.


Fdo. Manuel Jurado Domínguez
Investigador de historia Nº 500/97 (*)

domingo, 10 de mayo de 2009

CAEPIONIS ACOMODATORUM INCORDIAE



“Historias de aquí”(*)

Queridos amigos de la fauna Ibérica, hoy vamos a hablar de un raro espécimen de nuestra Fauna. Dicho espécimen es el denominado “Caepionis Acomodatorum”que viene del latín Acomodata_Acomadatae.
Bueno pasemos a describirle. Solo se conserva en Chipiona ( no son los camaleones como algunos habrán pensado ya) y que posee las siguientes características: pertenece al género humano, aunque a veces salgan a relucir ciertos matices de aves de rapiña, su edad es variable, los hay de los que podríamos decir que son jóvenes hasta los que tienen más arrugas que un higo (seco).
Su alimentación: por lo que se ha podido comprobar comen de todo. Comportamiento, es algo inestable, ya que pueden pasar en milésimas de segundo de un aparente reposo, y digo aparente porque en realidad tienen sus ojillos entrecerrados que están conectados a un órgano extraordinariamente desarrollado situado en la coronilla, el cual les permite como ya les dije en milésimas de segundos detectar a la posible presa y así puede pasar de un aparente reposo a convertirse de repente en un ser extremadamente ágil, que como un puma salta sobre su presa antes de que se de cuenta.

Lugar de ubicación: al principio se situaban en un pequeño sector del pueblo, situado en el entorno de la estación de autobuses de “Los Amarillos”. Por aquel entonces eran pocos, pero proliferaron de tal manera que es fácil encontrarlos en cualquier esquina, calle o callejón que de alguna manera facilite el acceso al pueblo.

Otro dato importante es resaltar es que no están activos durante todo el año, comienzan a salir de sus habitáculos con los primeros atisbos de buen tiempo y una vez pasado el verano se sumergen en un aparente letargo que puede ser interrumpido en cualquier momento por un puente o cualquiera festividad en la cual salen a la caza del turista para promocionarles, eso sí a gusto del consumidor, cualquier tipo de residencia, desde un hueco de escalera ( covacha) hasta un lujoso chalet en la orilla del mar.

Hablemos ahora un poco de las presas, digo de los turistas. Los que ya han venido anteriormente, saben del peligro que corren y prefieren entrar en el pueblo utilizando para despistar a los depredadores, digo a los acomodadores, mil y una artimañas. Unos, por ejemplo entrar amparados por la oscuridad de la noche, otros utilizan caminos vecinales, no acosados por ahora, otros prefieren entrar disfrazados. Por ejemplo en vez de entrar con su propio coche entrar con una mulita cargada de patatas, para despistar. Todas estas artimañas están destinadas a poner a prueba la sagacidad y perspicacia de nuestros amigos acomodadores.



Pero ahora amigos de la Fauna Ibérica pasemos a describir lo que puede pasar al pobre turista que viene solo con la sana intención de pasar un verano tranquilo sin problemas lejos de estrés, del agobio de la ciudad.

Situémonos: Hora; 4 de a tarde, mucho calor, levante en calma. Lugar, esquina de los Amarillos. Este lugar estratégico está cubierto perfectamente por los acomodadores, dos en cada calle, de las que confluyen en la estación de Los Amarillos; sentados en las sillas de la playa parecen inocentes pueblerinos que han salido a tomar un poco de fresco a la sombra de un árbol.
Unos hablan quedadamente, otros aprovechan para zamparse una fritada de tomates en la cacerola preparada a tal efecto. Una mujer parece estar sumida en el jersey que está tejiendo, otro de nuestros amigos toma café tranquilamente sentado en el banco de la estación. No se parecen en nada unos a los otros, pero tienen algo en común, tienen los ojillos entrecerrados, apenas se ven de qué color son.

Por la avenida de la Diputación se acerca un coche, está lejos aun, pero simuladamente ocho pares de ojos felinos se dirigen hacia el automóvil; están vigilantes, pero todavía es pronto. El coche ha llegado al cruce de la plaza de abastos, el semáforo está en rojo y se para. Nuestros amigos divisan de una sola mirada las maletas y demás bultos fuertemente sujetados a la baca del coche y al mismo tiempo aciertan, casi divisan la matrícula del coche, SE 578473- AB. Es todo lo que necesitaban, toda la actividad cesa: la conversación se interrumpe secamente. La señora que está comiendo deja de masticar el tomate frito hecho sopones, mientras el tomate le resbala por la comisura de los labios, yendo a caer de nuevo sobre la cacerola y al hacerlo salpica todo el vestido; la mujer que está haciendo punto, para automáticamente y se le saltan dos puntos, pero eso es lo de menos para ella. Nuestro amigo del café deja la taza a medio camino entre el termo del cual se lo ha servido y la boca, cayéndole unas gotas oscuras en la camisa blanca, pero parece no importarle. Toda la atención está centrada en la presa.


El automóvil está casi en el lugar de la emboscada. Describamos a los ocupantes. El conductor es el cabeza de familia, un hombre de unos 40 años, cansado del viaje, sudoroso y deseoso de descansar un rato. A su derecha, su señora que sueña con los pegotazos que se tirará con sus vecinas cuando en el porche de su casa les cuenten que si mi bronceado de la playa, que si mis vacaciones en el mar, en fin pueden ustedes imaginárselo. Detrás va la prole. Una chica y un chico, ambos de edad aproximada 17 y 18 años, los dos deseosas de conocer sus futuros ligues. Y el pequeñajo de 5 años incordiando. Pero de postre también trae a la suegra, que no para de dar la vara; que si el calor, que me duele la cabeza, que me molesta el humo del tabaco, que me mareo, como todas las suegras, vamos.
En fin que nuestro hombre está ya al borde del shock nervioso. En esto que nuestra familia llega al sitio clave el cruce de la estación de Los Amarillos y como por encanto aquellos cuerpos indolentes, aparentemente ajenos a lo que pasara cobraron vida, saltaron elásticamente de sus asientos como el halcón se lanza sobre un pequeño roedor que ha divisado ente la maleza. La señora que comía tomate se lanza como un puma, con la boca todavía llena de tomates fritos y a la vez gritando con la voz atascada y escupiendo migajones rojos ¡¡¡ Casa, piso!!!

La señora del punto se pasa las agujas a la mano derecha y avanza corriendo, semejándose a un caballero medieval que blandiera en su mano la lanza del combate. El señor del café aun con un sorbo en la boca grita con voz ahogada, haciendo gorgoritos ¡¡ Apartamentos cañizo, camping, huecos de escalera!!! Cuando todos confluyen en el automóvil se produce la hecatombe, la señora del punto por poco si deja tuerto al pobre turista, el señor del café derrama lo que le quedaba del mismo encima de la suegra que grita histérica y la señora que comía tomates fritos, vuelca la mitad del contenido en la cacerola sobre el último modelito de la señora.

Señores suyos una escena dantesca que día a día se repite y que los chipioneros acogen con una sonrisa, acostumbrados ya a ver semejante asedio. Bueno prosigamos, nuestro amigo turista asustado, aterrorizado al ver como se han abalanzado sobre su coche y escaldado de los desmanes que suelen suceder en Sevilla cierra velozmente su ventanilla y ordena a su prole que le imite. Mientras tanto las acomodadores siguen profiriendo sus gritos entre inteligibles y desaforados y poniendo el coche lleno de tomates fritos y café.
Dentro del automóvil la familia se mira entre asustados y sorprendidos. La hija de nuestro amigo está a punto de llorar y le viene a la memoria una escena de una película de terror en la que 5 ó 6 zombis atacan a una familia que iba en su coche. Pero poco a poco los buitres, digo los acomodadores, se dan cuenta de lo que han conseguido y con una mirada entre ellos rápidamente y al unísono se calman. Pasan 2 ó 3 minutos, largos tensos, angustiosos, en los que las miradas se cruzan entre los ocupantes del vehículo y la extraña comitiva de bienvenida.
Nuestro amigo se decide a bajar lentamente la ventanilla y por fin todo se aclara: los acomodadores más tranquilizados les dicen: ¿Qué desean ustedes? Pisos, chalets, sótanos, huecos de escalera, sombrajos, toldos, retamas en el Camarón, lo que sea que me pida tengo. La familia respira con cierto tranquilidad y piensa “nos habían advertidos, pero no creía que fuera tanto”. Por fin exponen sus necesidades de viviendas y se dejan llevar por sus caricaturescos guías.

Aquí comienza el largo peregrinaje por mil y unas casas de Chipiona, el regateo, el tira y afloja, que si sí, que si no. Todo un arte esto del regateo. Y por fin después de 6 horas bajo el sol, encuentran lo que querían. Todos contentos; la dueña de la casa por haber alquilado, los acomodadores por haber recibido su comisión. Y nuestros amigos se sonríen por la noche mientras que comentan las peripecias sufridas ese caluroso día. Todo por un ritual este del alquiler de casas por medio de acomodadores, sí señor.

MORALEJA: Si quieres alquilar unas casas, mejor si por la esquina de Los Amarillos pasas



Nota: Todo parecido con la realidad de personajes, situaciones o lugares es mera casualidad y producto de la imaginación.

(*) Publicado en Chipiona Informativo 1985

martes, 5 de mayo de 2009

Rotulan en el Pinar de la Villa de Chipiona el paseo de D. Adolfo Suárez.-



Gestionan la creación de una Asociación de Amigos de D. Adolfo Suárez.-

Un grupo de ciudadanos ha rotulado el “Paseo de D. Adolfo Suárez” en el pinar chipionero, como homenaje al que fue primer presidente democrático tras la muerte de Franco y uno de los grandes artífices de La Transición. Estos ciudadanos han querido dejar constancia del inexplicable olvido que las diferentes corporaciones democráticas de Chipiona han ejercido con Adolfo Suárez, personaje que permitió el acceso de un nuevo régimen de libertades y de participación.

En este sentido, la decidida participación de Suárez en defensa del estado democrático escenificada en el asalto al Congreso de los Diputados en aquel aciago 23 de febrero de 1981 haciendo frente a los asaltantes, mientras otros se agachaban o en días anteriores se habían entrevistado con el general Armada para entrar en un mal llamado gobierno de concentración, le harían merecedor de una calle en cada pueblo para perpetuar su recuerdo.


La primera petición de calle para Adolfo Suárez la formuló un particular en julio de 2003, posteriormente se hizo eco de la misma Todos por Chipiona, pero los distintos gobiernos municipales han ignorado tal petición llegando algunos dirigentes a poner en duda la idoneidad de ponerle una calle al considerar que Suárez no tiene méritos contraídos con Chipiona.


Según ha podido saber este medio, estos ciudadanos plantean la creación de una “Asociación de Amigos de D. Adolfo Suárez”, destinada a enaltecer y estudiar la figura del estadista y a fomentar el principio de libertad de expresión como una de las medidas sanitarias que necesita Chipiona.
Estos ciudadanos lamentan que “el día que desgraciadamente Suárez ya no esté con nosotros, seguramente aparecerán ríos de lágrimas de cocodrilo en muchos de los políticos que hoy le practican el desprecio más absoluto con el olvido y se apresurarán a rotularle una avenida en medio de encendidos discursos laudatorios”. Mientras tanto se rotulan con gran satisfacción calles con nombres tan apreciados ,atractivos y sabrosos como berberecho o mejillón.