Por Juan Mellado (*)
Conocí a Miguel Caiceo en el verano de 1991 y hasta hoy.
Quiero decir que a pesar de los años aún conservamos esa vieja amistad, lo cual
no es una cosa baladí a tenor de lo poco que duran las relaciones en esta
jungla de intereses que es la vida. Por cuestiones profesionales he
entrevistado a Caiceo como el Kamasutra, en todas las posturas. Radio, prensa y
televisión han sido testigos durante más de 20 años de las entrevistas y reportajes que le hacía
cada vez que se acercaba a su Chipiona. Lo más interesante de ello es que
siempre tenía algo nuevo que decir.
Caiceo conoció el boom de su personaje más famoso de Doña
Paca o La Paca de Chipiona, pero ya hacía bastantes años que tenía un
interesante curriculum con el teatro clásico o la zarzuela. El personaje de
Doña Paca fue todo un impacto mediático pero gracias a Dios Caiceo supo no
morir de éxito y por eso aún goza del
honor de trabajar en lo que le gusta, en este noble arte de Talía .
Para mí, Caiceo es un gran actor que un día tuvo que hacer de
humorista para darse a conocer en el difícil mundo de la farándula. Tiene Miguel,
personajes en su carrera que son todo un símbolo de filosofía de vida. Ahí está
el personaje del Sr. Manuel, un dicharachero viejo verde que diera a conocer en
La radio de las sábanas blancas, Parada en la 1 o Cine de Barrio, y que es ni
más ni menos que un trasunto de su padre, Don Miguel Caiceo senior, un hombre
admirable.
Conocedor del drama y la comedia, aún recuerdo a Miguel con
su éxito de la obra de Jardiel `Poncela “Usted tiene ojos de mujer fatal” en la
que bordaba el personaje del mayordomo Osidori o sus últimas apariciones en las
zarzuelas La Reina Mora y Alma de Dios. Es ahí en este tipo de personajes donde
Caiceo se supera y desvela como un
magnífico actor de grandes recursos aún no suficientemente explotado por los productores.
Otro valor que admiro y reconozco en Caiceo es su inmenso
amor por la cultura en general. Su interés por aprender cosas nuevas día a día y sobre todo por
compartirlas con los demás.
En el terreno personal guardo muy buenas vivencias con
Miguel. Hemos estado muchas veces juntos en lo bueno y en lo malo y agradezco
el saber que tengo en él a un amigo sincero fuera de la a veces podredumbre del
mundo de la farándula.
Conservo momentos entrañables de nuestras tardes en la
chipionera playa de La Canteras, de
nuestro campito, de las tertulias con sus padres en la terraza de su piso de
Virgen de Regla o de los paseos nocturnos regados con buen vino y exquisita comida de la zona junto a otros buenos amigos.
Recuerdo con cariño su tienda de antigüedades del viejo Madrid
en la calle del Bastero. Su entrañable piso de la calle Humilladero, lugar de
tertulias y buenas cenas. Su casa museo de la sevillana calle Diamela, con una
paz solo interrumpida por los bellos tañidos de las campanas de las iglesias…
Pero a lo que más cariño le tengo, con todo, es a su eterna
amistad que cultivamos día a día y que no empaña el tiempo ni la distancia
kilométrica.
Miguel Caiceo, artista, humorista, actor, pintor, anticuario,
buena persona, compañero y sin embargo amigo.
(*) Juan Mellado ha sido corresponsal de
prensa de Diario de Cádiz y periódicos del Grupo Joly. Actualmente es colaborador
de Radiotelevisión Municipal de Chipiona, Redactor Jefe de Sevilla Press y
editor de Chipiona Noticias. En los últimos tiempos está centrado en temas de
investigación histórica.
Miguel Caiceo, un gran actor que hace de humorista.-(*), es un
texto incluido en su libro de memorias “Historia de un sueño”