Fundamentalmente Ana María
Gutiérrez escribe sobre el amor, el motor que mueve el mundo según
sus propias palabras.
Por
Juan Mellado.-
Ana
María Gutiérrez. El tiempo vuela, quién lo diría cuando en 2013
asomó tímidamente al panorama literario con su primera novela “En
otro tiempo en otro lugar” . Años después en 2016 con su segunda
“Una ciudad en el olvido”, otro éxito de público y crítica y
recientemente con “Sólo tú y yo lo sabemos” obra que la define
como una novelista consolidada y que ha sido ya presentada en varias
capitales españolas.
No es fácil escribir y
presentar una novela en un escenario social donde como se dice hasta
la saciedad, un día no muy lejano la policía nos podría detener
por sorprendernos leyendo y además practicarnos el agravante de
alevosía si lo que leemos es un libro.
Un sociedad donde algunos se
jactan de no haber leído en su vida y el lector ya se debate ante
lo que ve, entre permanecer en un exilio interior al modo de
Aleixandre o en su modo exterior a la manera de Juan Ramón Jiménez.
Juan Ramón, sí, ese poeta onubense que escribiera el excelente
Platero y yo y del que a día de hoy todavía hay gente que no
distingue quién es Platero y quién soy yo.
En este contexto es una buena
noticia la publicación de una obra como la que presenta Ana María
Gutiérrez.
Publicada por Apuleyo
Ediciones “Sólo tú y yo lo sabemos” es la tercera novela de Ana
María Gutiérrez. Ya en el saluda la autora informa que uno de los
protagonistas es Ramón, su padre. Es un recurso que utiliza
bastante, el ponerle cara y nombre a sus personajes de personas
vinculadas a ella.
En el prólogo alude a Platón
en su obra El banquete: “Cuentan que los dioses crearon seres
andróginos, mitad hombre, mitad mujer. Como eran muy fuertes,
decidimos separar lo masculino de lo femenino. A partir de ahí,
ambas mitades luchaban por encontrarse no deseando otra cosa en su
vida”. Añadiríamos así que ese es el leimotiv de la novela y su
génesis.
Ana María siempre comienza
sus novelas con una ventana abierta a una incógnita, otro referente
en su estilo.
En cuanto a guiños
familiares, a parte del ya señalado de Ramón,su padre, la
protagonista, Lebasi(Isabel) Sanz, no es por casualidad médico y
también no por casualidad nacida en Huelva. Su hermana Clara es
profesora de Lengua Española en el IES Estuaria de Huelva. Todos
ellos referentes familiares de Ana María Gutiérrez.
Recoge la autora además, que
la protagonista es una mujer que se abre camino, otra constante
recurrente en las dos novelas anteriores. El pasaje de
arrepentimiento de la boda de la prota refleja la complejidad del ser
de las mujeres que buscan eternamente su verdadera personalidad, algo
que le pasa además al más común de los mortales .
No faltan referencias clásicas
como a Platón y a la Diosa Fidelidad o cercanas como la ciudad de
Huelva o el hospital Puerta del Mar.
En el orden argumental a la
autora también le gusta las escenas inesperadas con personas
desconocidas o la recurrencia de la grandeza de una raza olvidada por
la historia o de las civilizaciones perdidas.
Por otra parte, el otro
protagonista, Esteban, es un personaje que también busca su
verdadera personalidad y su media naranja, cosa que también hacen
media vida el resto de los mortales.
Asoma también al texto la
nostalgia de la emigración: “ España estaba muy cerca en el
corazón pero infinitamente distante”. O el compromiso solidario de
la autora con los problemas del Tercer Mundo. Ese Senegal, tan lejano
y tan cercano.
En las tres novelas de Ana
María Gutiérrez publicadas hasta ahora se destaca un rebose de
erotismo, algo que se intuye va a ser una constante interesante en su
obra.
Otra constante ,su relación o
gusto por el misterio, la hipnosis, la reencarnación o el más allá,
la meditación, el yoga, el budismo, territorios en los que se
encuentra muy cómoda.
Y la lucha contra el
determinismo en Eladio el escritor: Cómo con cada relación fallida
su alma se iba hundiendo cada vez más y más en un precipicio del
que no era capaz salir.
Lebasi: Pero quién era ella
para decidir sobre su vida. Nadie está libre de nada y aunque nos
escondamos en una caja, cerrada con candado, siempre habrá álguien
que decida abrirlo y mirar a la cara que se oculta en su interior.
Fundamentalmente Ana María
Gutiérrez escribe sobre el amor, el motor que mueve el mundo según
sus propias palabras.
Porque como se dice en la
obra, Somos un solo ser que partido en dos hemos vuelto a
encontrarnos.
PD. En la foto, Ana María
Gutiérrez con el autor de la crítica, el profesor y periodista Juan
Mellado
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