Por Juan Mellado.-
Mis razones para leer y
releer “La última noche” de Paco Gallardo, Premio Ateneo de Novela Histórica
2012, no están basadas en contenidos histórico-literarios o de crítica
científica. Más bien son producto de una lectura desde el sentimiento y las
sensaciones que me transmite este emotivo libro de Paco, médico, deportista,
escritor y sin embargo amigo.
Dije también releer
porque como los buenos libros cuando más se aprende es en su segunda lectura,
al pararse uno de nuevo en cada párrafo y adquirir nuevos detalles antes no
vistos. En esos detalles me baso para razonar y recomendar la lectura del
libro.
Mi primera impresión es
lo llamativo de hacer protagonista de la historia a una mujer en una época en
la que no se valoraba, lo que la engrandece máxime cuando ella reivindica el
derecho a escribir sus memorias a escondidas y cuando Paco sabe magistralmente
meterse en el alma femenina.
Es también el médico
que escribe sobre una médico y que seguramente escribe sobre él mismo, salvando
las distancias de género, trasladando su bonhomía al personaje de la
protagonista Sara Avenzoar.
Muchas veces encuentras
detalles en cualquier libro que de tanto repetir parece que carecen de
trascendencia. En este punto me paro en el caso de los agradecimientos. Ahí es
donde nos podemos perder o equivocar al no nombrar a personas, pero Paco
Gallardo lo hace con quien lo tiene que hacer por derecho propio, a su padre Francisco, “que habita en
el séptimo cielo de mi memoria” y para María, su madre, para que sea eterna.
No tuve la suerte de
conocer a su padre, pero a Doña María la admiro en su sinceridad aplastante.
Como de sinceridad está
lleno el libro en cada párrafo que se desnuda para el lector.
Su personaje principal,
Sara Avenzoar, dice:”Este manuscrito está
destinado al olvido o al fuego voraz en el caso de ser descubierto”.
Efectivamente es una preocupación constante a lo largo de la
historia, la quema de libros como ya se reflejara en la novela Fahrenheit 451
de Ray Brabdury y de la que Francois Truffaut hiciera una gran película.
Incluso en la sociedad actual y al ritmo que llevamos, pronto
se podrá oír por ahí aquella noticia de “detienen en la vía pública a un hombre
tras ser sorprendido leyendo, se le aplicaron agravantes al descubrirse que
además era un libro”
Este problema no solo
lo vivirá Sara, sino mucha más gente a lo largo de la historia a manos de
sátrapas, dictadores, genocidas e ignorantes.
Nuestra protagonista afirma además que “Los
primeros recuerdos están grabados en la memoria con el color gris del miedo”.
Otra constante de muchas sociedades en donde los aires de libertad brillan por
su ausencia.
“Los músicos emiten sonidos al dictado de sus emociones y la
magia surge cuando las notas provocan el mismo estado de ánimo en quienes las
escuchan”
En mi opinión eso es lo
que ha conseguido Paco Gallardo con su novela, trasladarnos su estado de ánimo,
contagiarnos y emocionarnos.
También queda reflejado
el mundo del vino. Así sobre el vino y la tradición dice el poeta y médico Abu
Bakr:
“No es malo el vino sino el interior del hombre que lo bebe”
Lo que traducido en Román
paladino es que el que es un hijo de la gran puta lo es con vino y sin vino.
Además la gran diferencia entre un borracho y un imbécil, es que el primero se
acuesta ebrio y se levanta fresco y el segundo no tiene solución.
Hace también aparición
la fantasía. Así la esclava dice a la protagonista sobre su lejano país:
“Hace tanto frío que las madres que paren en invierno
retornan las criaturas a su vientre hasta que llega la primavera”
Bueno, en la vida real las cosas son más
prosaicas de lo que nos dibuja Sara Avenzoar en su historia. Precisamente tengo
una buena amiga a la que los vecinos le daban las quejas por el porculo que
daban sus sobrinos, unos niños muy traviesos.
Textualmente fue así: “Mira Regli dile a tu hermana que se meta
los niños”... bueno ahí donde ustedes ya adivinan.
A lo que mi amiga Regli contestó con la cachaza que la
caracteriza: “Mira fulanita, los niños son como los tapones de las botellas de
champán pues una vez que salen no hay cojones de oso de volverlos a meter de
nuevo”.
Aunque ambientada en el
siglo XII, la novela contiene conceptos muy actuales, así el personaje Zubaydi
dice”
“Los vestidos de una
persona no lo enriquecen lo más mínimo cuando es poco lo que alberga el alcázar
de su espíritu”
Sobre la realidad del
poder dice Abu Bakr:
“Nada es más peligroso que
un poderoso despechado”
Refleja además los
atrasos y tabúes de aquella sociedad que podía bien ser la nuestra, como así
aparece que nuestra heroína, Sara Avenzoar, tiene que enterarse de los secretos
íntimos de la mujer tras leer el libro de Trótula.
Por otro lado, la
rebeldía de la protagonista no deja lugar a dudas:
“No había nada que me
estimulara más que las prohibiciones de mi madre”.
Sara es culta,
independiente, rebelde y crítica.
Contiene también el
libro lecciones sobre lo políticamente correcto o las normas de sociedad. Es la
realidad de la vida, lo que aquí llamamos la gran mentira. Así Abu Bakr le dice
a su sobrina:
“No te preocupes
princesa, te enseñaré a controlar tus emociones para que puedas hacer en esta
vida lo que desees”
Sobre la vida, Sara
desconocía además que en las reuniones de mujeres se podía decidir el destino
de los caballeros más aguerridos como si fueran peones de un tablero de ajedrez.
Butayna, la esclava,
remata: “El mundo es de las mujeres que aparentan obedecer a los hombres”
Es una novela también
sobre el poder del lenguaje, así Sara dice:
“Comprobé que con la
palabra se puede hacer más daño que con la punta de una flecha envenenada”
Es una novela que habla
del ejercicio del poder y de su coste:
“El poder agrieta la
piel del alma”
Sobre la postura a
tomar ante la profesión dice su abuelo cuando Sara es nombrada médico:
“Nunca ocultes tu
ignorancia tras la máscara de la importancia”
“No busques el amor que
no se encuentra, llega cuando tu corazón menos lo espera”
El amor es una batalla
en la que no conviene poner en conocimiento del amado los resquicios por donde
tu fortaleza puede derrumbarse”
Y una cita demoledora
sobre las personas como por ejemplo cuando nombra a Averroes:
“Averroes se ocultaba
sobre la máscara de la inteligencia para que el mundo no le hiriera más”
“Aristóteles lo niega y explica que el esperma del hombre
es queso derretido por la temperatura del deseo, que se funda con la espuma que
la mujer segrega con el placer”
Y ahí no me quiero
extender más en las propiedades del requesón porque no quiero que confundan
ustedes a Juan Mellado con Luis García Berlanga.
“Me pregunté la causa
por la que esta vida se ensaña con los que llevan en su corazón el diamante de
la honradez”
En otro momento, es también
demoledora sobre las habladurías de la gente:
“La gente que no tiene
vida propia hurga en la de los demás para buscar consuelo de su propio fracaso”
Aparece además la
palabra quemada¨
“Cuando Averroes llegó
a Córdoba, sus libros fueron quemados
para general escarmiento a las puertas de la mezquita. La palabra quemada solo
trae desgracias” (Abu Bakr)
Reflexiones sobre cómo
se muestra la vida ante todos nosotros:
“He visitado nuestra
casa y me ha entristecido verla, se ha convertido en un jardín de escombros y
muros derruidos. Sentí pena en mi corazón. Acaso la vida sea solo eso,
contemplar cómo se van derrumbando las cosas que nos han rodeado”
Me llamó mucho la
atención la existencia en la novela de LA CASA CONTIGUA:
“Era conocida como la casa contigua porque en ella
habitaban hombres y mujeres, de distintas edades, clase y condiciones, que se
habían apartado al lado contiguo del mundo para ser felices”
En la realidad muchos vivimos también en esa
casa contigua ante la falsedad del mundo que no rodea, es nuestro último
refugio porque como bien dice nuestra Sara “LA VIDA ES LO QUE NOS PASA Y NO LO
QUE DESEAMOS QUE NOS OCURRA”.
Francisco Gallardo.-
Francisco Gallardo Rodríguez es médico de
profesión, especialista en Medicina y Traumatología del Deporte. Ha
desarrollado su carrera profesional en el Caja San Fernando de baloncesto, en
la selección española de baloncesto, en el Club Sato Sport, en el Centro de
Alto Rendimiento de la Cartuja, y durante veinticinco años ha investigado
acerca de la Medicina en Al-Ándalus, lo que le llevó a crear su segunda novela
“La última noche” donde este autor ha querido recrear la Sevilla almohade.
Sinopsis:
Al final de su vida, en el año 1195 de los
cristianos y 589 de la Hégira, Sarah Avenzoar —nieta del famoso médico Abu
Marwan Avenzoar y médico ella misma— rememora su infancia en Sevilla, rodeada
de tratados de poesía y medicina: allí conoce a su abuelo Abu Marwan, recién
llegado del destierro, y al ilustre Averroes, ante quien se hace merecedora de
la iyaza, el permiso para atender y curar a mujeres y niños. Con el paso de los
años Sarah se desplaza a Marrakech y ejerce la medicina en el harén del califa,
donde se verá envuelta en las intrigas políticas entre almohades y almorávides,
y en las no menos peligrosas intrigas de las mujeres del harén, algunos de
cuyos secretos podrían acarrearle la muerte. Basada en el personaje histórico
de la nieta de Avenzoar, La última noche es un viaje a la Andalucía del siglo
XII y al imperio almohade que desde Marrakech gobernaba las dos orillas del
Mediterráneo, un mundo fascinante donde la suntuosidad de Las Mil y Una Noches
se mezcla con un inusitado desarrollo técnico y quirúrgico, de la mano de una
de las primeras mujeres que practicó legalmente la medicina. Pero ninguna
medicina puede curar las heridas del alma…
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