domingo, 7 de junio de 2009

Crónicas de Antaño.- (10/01/1998) (*)

















Antonio Gala presentó su “Café Cantante” en el Teatro Lope de Vega.

La obra, con Nati Mistral y Ángeles Martín, se representará en casi todos los teatros andaluces.-
Gala: “Es una comedia rabiosamente española, porque España misma no ha dejado de ser un café cantante”.-
“Nati Mistral no es solo de derechas sino que la inventó”


Por Juan Mellado

La obra de Antonio Gala “Café Cantante” se representa desde el pasado viernes y hasta el próximo día 18 en el sevillano teatro Lope de Vega, bajo la dirección de Joaquín Vida e interpretada por dos artistas de excepción, Nati Mistral y Ángeles Martín. La obra se representará en la mayoría de circuitos teatrales de Andalucía.
A la presentación de la obra a los medios de comunicación acudieron los artistas, el autor y el edil de Cultura sevillano José Antonio Hurtado. Hablaron de lo divino y de lo humano. La obra presenta a dos personajes diferenciados por edad y origen, ideas y hasta lenguaje. Representantes de dos Españas diferentes, más que enfrentadas ideológica, cronológicamente. Por un lado, Nati Mistral, reciente Premio Nacional de Teatro, representa a La Talismana, una vieja cantante en la que se simboliza una España pasada y pesada. Por otro, Ángeles Martín, Yeni, que representa a otra generación de futuro y esperanza. La obra contiene guiños a la ciudad de Sevilla y a la gaditana de Chipiona con sus playas y a la Virgen de Regla.



Según Gala, Medalla de Oro de Bellas Artes, “es una comedia rabiosamente española, porque España no ha dejado de ser, afortunadamente, un café cantante. Me ha divertido escuchar el cheli de Yeni y el lenguaje retrógrado de La Talismana. De su intérprete, Nati Mistral, dijo que el Premio Nacional de Teatro “es merecidísimo, aunque sea más de derechas que la divina pastora, eso lo dice ella misma en la comedia y lo ha demostrado sobradamente, no sólo es de derechas sino quien la inventó, el personaje es absolutamente ella, parece su vida”. Nati añade que “yo soy de derechas, efectivamente, como sus Majestades y el Papa”.


Para Gala, la comedia es un desmadre, “las dos actrices son dos yeguas a medio desbocar”.
De La Pasión Turca hicieron en el cine una especie de encoñamiento”
Preguntado por Diario de Cádiz si estaba contento con las adaptaciones al cine de sus obras literarias dijo que, “en algunos casos menos que en otros. La Pasión Turca fue un desastre porque transformaron una novela de amor en una especie de encoñamiento. Más allá del jardín, me pareció bien la adaptación que hizo Mario Camus; en La regla de tres será más difícil porque habrá actores extranjeros. De todas maneras, el lenguaje cinematográfico no es el literario y las películas se tienen que despegar de las novelas con honor”. De ello contó la anécdota de que “había dos cabras que se encuentran y una de ellas estaba comiéndose una cinta cinematográfica, como ustedes saben las cabras comen de todo, son de cultura pobre, y le dice la otra, ¿te gusta lo que te estás comiendo? Y contestó la otra: Sí, pero más me gustó el libro”.


Aunque un día Gala dijo que ya no haría más teatro, ahora reflexiona y argumenta que “yo he tenido con el teatro hijos muy guapos de matrimonios bien avenidos y ahora que está en la uvi sería de hijo de perra dejarlo. El teatro está muy mal, si la sociedad le vuelve la espalda al teatro pierde su razón de ser”. Lo que sacaría al teatro de la uvi sería en opinión de Gala,” que autores jóvenes escriban para los jóvenes, por eso escribí Los bellos durmientes”. Gala está muy esperanzado con el proyecto de la Fundación de Jóvenes Creadores del que yo he puesto la primera piedra para adaptar el convento cordobés de los dominicos del Siglo XIV. Serán 25 jóvenes los que a partir de este otoño puedan disfrutar de sus instalaciones. “Quiero que se produzca en ellos una fecundación cruzada, que el pintor sepa cómo crea el escritor y éste cómo el escultor y así sucesivamente”.




De la situación política Gala se pronunció diciendo que, “en su tiempo la ruptura quizás habría sido más conveniente, yo no temía que hubiera derramamiento de sangre con la ruptura, hubiera sido más agria pero más decisiva. Las consecuencias de ello es un poco el café cantante”. Sigue opinando que el amor es el motor del mundo, “todo se arreglaría si existiese empatía, no habría matanzas en el mundo y se solucionaría, por ejemplo, el problema vasco”.
(*) Esta crónica se envió por el autor para su publicación en Diario de Cádiz en la fecha de referencia.

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